LABORAL


Durante años, la analogía entre la personalidad y el rendimiento en una profesión u ocupación, ha sido objeto de estudio en el campo de la sicología; de hecho son varios los autores que aseveran esta correlación e indican que para poder llevar a cabo una función, además de idoneidad, se necesita poseer un perfil específico.
La personalidad, más allá que simples rasgos
Se entiende por personalidad “la integración de todos los rasgos y características del individuo que determinan una forma propia de comportarse.” *Personalidad y orientación profesional. E. Cerdá. Anuario de sicología.
Son estas particulares, las que llevan a la persona a relacionarse de una u otra forma y a desempeñarse en una u otra área con más facilidad que en otras. Los expertos revelan que cada ocupación con sus requerimientos y destrezas, delimita un perfil de trabajador que busca asimilarse lo más que se pueda. Esto explica que un vendedor requiera una personalidad extrovertida y un ingeniero una conducta apacible.
De otro lado, es válido recordar que si bien hay unas características que son intrínsecas a la persona, hay otras que se pueden adquirir con el paso del tiempo, sin embargo, la esencia no es maleable y permanece intacta a pesar de desarrollar nuevas destrezas.
“La vocación es expresión de la personalidad”
Así lo han ratificado algunos de los “gurúes” de todos los tiempos. El sicólogo John Holland en particular, desarrolló una teoría que basa el éxito de la elección profesional/ocupacional con los factores de la personalidad. Así pues, Holland define seis tipos de personalidad, que corresponden a los diferentes ambientes de trabajo:
Realista: son personas que prefieren las actividades físicas que requieran de habilidad, fortaleza y coordinación. Les gusta trabajar con sus manos y por lo general disfrutan de las actividades que se realizan en exteriores en contacto con la naturaleza. Suelen desempeñarse como granjeros, veterinarios, mecánicos, jardineros, etc. Sus rasgos de personalidad dominantes son: timidez, persistencia, estabilidad, practicidad.
Investigativo: su pasión son las actividades que involucran pensar, organizar y entender. Disfrutan todo lo que tenga que ver con estudios y pruebas necesarias para desarrollar ideas. Por lo general, les gusta analizar las situaciones y ocuparse en la búsqueda de soluciones creativas. Prefieren trabajar de forma individual y no les gusta tener que convencer, persuadir, o venderle a otros sus ideas. Se caracterizan por ser analíticos, originales, curiosos, independientes. Tienden a trabajar como biólogos, científicos, economistas, matemáticos, periodistas.
Artístico: son personas que se hallan a gusto expresando ideas y sentimientos a través de poemas, pintura, fotografía, escultura, escritura creativa y movimientos físicos. Optan por actividades que no sean sistemáticas, sino que permitan la expresión creativa. El disfrute de la música, arte, cine y actividades literarias es típico en las personas de esta categoría. Usualmente son más prestos a demostrar sus sentimientos, así como prefieren evitar las reglas y situaciones estructuradas. Por tanto, tienden a ser imaginativos, desordenados, idealistas, emocionales y poco prácticos.
Social: es su mayor deseo servir y ayudar a los demás. Son personas que se sienten satisfechas desempeñándose en áreas como la enseñanza, consultoría, asistencia y labores informativas. Las personas de esta categoría disfrutan de la compañía de otros, así como el trabajo en campos que afecten directamente a la gente. Se caracterizan por ser amistosos, cooperativos, solidarios, comprensivos. Son propensos a desempeñarse como trabajadores sociales, enfermeros, médicos, rescatistas, profesores, psicólogos, orientadores familiares o directores de recursos humanos en las empresas.
Emprendedor: son individuos a los que les gusta persuadir, supervisar y guiar a otras personas hacia metas comunes, de la misma manera que disfrutan y sacan provecho de sus capacidades verbales para vender una idea o producto. A los emprendedores les es tentador ejercer roles de liderazgo, así como protagonizar situaciones que impliquen poder, prestigio y estatus. Suelen ser seguros de sí mismos, ambiciosos, enérgicos, dominantes. Las profesiones y ocupaciones que identifican este tipo de personalidad son: derecho, ventas, relaciones públicas, administración y gerencia.
Convencional: este tipo de personas gozan de las actividades que les permiten organizar información, cuidar los detalles y probar resultados para verificar su exactitud. Estos individuos se sienten cómodos en situaciones estructuradas, pues les gusta mantener todo ordenado y limpio. Disfrutan trabajar con formularios, tablas, e informes, presentan mucho autocontrol, y se identifican con figuras de poder, estatus, y autoridad. Tienden a estudiar carreras afines a la contabilidad, ingeniería, entre otros.
Fuentes: psicologia.laguia2000.com, monografías.com, lanacion.com.ar

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